NOTICIAS: El sorprendente apoyo a Mark Cuban provoca una pérdida de 2 mil millones de dólares en patrimonio neto
“El dinero no es lo importante aquí, pero 2.000 millones de dólares… ¡guau!”, dijo Cuban en una entrevista telefónica, intentando reírse de la asombrosa pérdida. “Resulta que defender lo que uno cree tiene un precio”. Aunque el multimillonario no pareció inmutarse, sus seguidores y analistas financieros son menos optimistas y ven este drástico golpe como una advertencia para cualquier otro magnate que se sienta tentado a mezclar los negocios con la política.
La debacle comenzó cuando Cuban apoyó públicamente a Harris, elogiando su comprensión de la tecnología y su compromiso con la reducción de los costos de la atención médica, cuestiones que él cree que son vitales para el futuro del país. “Ella lo entiende”, dijo Cuban en una entrevista con The Guardian. “Kamala entiende la tecnología y la inteligencia artificial de una manera que puede marcar una diferencia real para la seguridad nacional y la estabilidad empresarial”. También expresó su desaprobación de los aranceles de Donald Trump, argumentando que perjudican a las pequeñas empresas y alteran la estabilidad económica.
Sin embargo, este respaldo no sentó bien a una parte importante de sus partidarios. Los inversores vieron el cambio de Cuban como un alejamiento de su enfoque pragmático habitual, lo que desató un pánico generalizado que llevó a la rápida venta masiva de acciones en las empresas de Cuban. “El respaldo de Cuban a Harris pareció demasiado politizado”, explicó un analista de Wall Street. “Los inversores no sabían qué hacer con él, así que se retiraron”.
Durante años, las decisiones financieras de Cuban han sido ampliamente respetadas por su enfoque en la rentabilidad y el crecimiento. Pero su incursión en la arena política con un precio de 2.000 millones de dólares ha dejado a los inversores y seguidores tambaleándose. A las pocas horas de hacerse pública su promoción, sus diversas inversiones sufrieron caídas repentinas y varios patrocinadores destacados retiraron sus participaciones.
“Confiamos en Cuban porque siempre ha sido inteligente y calculador de riesgos”, se lamentó un inversor anónimo. “¿Ahora está arriesgando miles de millones para respaldar a un político? Una cosa es tener una opinión; otra es convertirla en tu marca”. En los foros de noticias financieras, los inversores frustrados expresaron su enojo y su incredulidad, con comentarios como: “La política no paga; Cuban acaba de demostrarlo” y “No me apunté a una montaña rusa política”.
Cuando se conoció la noticia del golpe financiero de Cuban, los usuarios de las redes sociales no perdieron tiempo en opinar. Memes y hashtags como #BrokeCuban y #CubanCrash comenzaron a ser tendencia en cuestión de minutos. Twitter se llenó de reacciones que iban desde la simpatía hasta la burla directa, y un usuario bromeó: “¡Supongo que Cuban acaba de demostrar que también se puede comer a los tiburones!”. Otros aprovecharon la oportunidad para recordarle a Cuban su consejo anterior a los empresarios de “concentrarse en los números”.
Incluso los seguidores de Cuban se sintieron divididos. “Admiro su coraje”, escribió uno, “pero ¿2.000 millones de dólares sólo por apoyar a un candidato? Tal vez debería haber consultado esto primero con sus contables”. Mientras tanto, los críticos de Cuban se apresuraron a calificar la situación de “caída financiera de proporciones épicas”, sugiriendo en broma que se postulara para participar en Shark Tank como concursante para presentar su última estrategia para recuperar el apoyo político.
Despite the overwhelming backlash, Cuban remains defiant. In a statement posted on his social media, he reiterated his support for Harris and assured fans that he’d weather the financial storm. “If standing up for what I believe in costs me $2 billion, so be it,” he wrote. “This isn’t about money—it’s about the future we’re building.”
Unsurprisingly, Cuban’s post did little to reassure rattled investors. “$2 billion may not matter to him, but it matters to us,” tweeted a disgruntled shareholder. “If Cuban’s willing to gamble billions on politics, what else is he willing to risk?” Cuban’s stance, while principled, has left some questioning his commitment to the financial security he’s long preached to aspiring entrepreneurs.
News of Cuban’s loss quickly spread through the celebrity world, with reactions ranging from support to mild ridicule. Fellow billionaire Elon Musk posted a cryptic tweet, “Maybe there’s a lesson here, Mark: rockets don’t do politics.” Jeff Bezos, meanwhile, stayed silent, with sources suggesting he’s “happy to watch from the sidelines.”
Not all responses were jabs, though. Pop superstar Taylor Swift, another Harris supporter, posted on Instagram, “Money can’t buy integrity. Proud of you, Mark.” Similarly, Hollywood actor Mark Ruffalo commended Cuban’s stance, writing, “The price tag may be high, but values are priceless.”
For many financial analysts, the real question now is whether Cuban’s reputation—and net worth—can recover from this unexpected political move. While some argue that Cuban’s track record speaks for itself and that he’ll bounce back, others are skeptical. “The financial world has a long memory,” one analyst noted. “Investors are going to think twice before trusting someone who’s willing to lose billions for a political statement.”
The endorsement has also raised broader questions about the place of politics in the business world. Cuban’s $2 billion hit could serve as a stark warning to other billionaires who may feel tempted to throw their financial weight behind political causes. “People may admire Cuban’s stance,” said a financial columnist, “but money doesn’t have political loyalty. Just because Cuban believes in a candidate doesn’t mean his investors will follow suit.”
Now facing a substantial financial hit, Cuban’s next steps will be critical. Will he double down on his endorsement of Harris and risk alienating more investors, or will he pivot back to a business-focused approach in an attempt to regain their trust? So far, Cuban seems unfazed, with sources close to him claiming he’s already working on strategies to rebound from the $2 billion loss.
But Cuban, known for his tenacity, appears unwilling to give up his public stance. “I didn’t get to where I am by playing it safe,” he told reporters. “I got here by following my instincts, and I’m not about to change that now. If it means taking a hit, I can take a hit. What matters is that I believe in Kamala Harris and what she stands for.”
Sólo el tiempo dirá si la última apuesta de Cuban dará sus frutos o servirá como advertencia duradera. Por ahora, el multimillonario parece haber perdido 2.000 millones de dólares, pero ha aumentado en condenas, aunque algunos de sus inversores no estén convencidos.