Lia Thomas, la nadadora transgénero que se convirtió en un nombre familiar por su participación en eventos de natación femenina de la NCAA, está nuevamente en el centro de una acalorada controversia—esta vez en relación con los próximos Juegos Panamericanos. Thomas fue recientemente expulsada del vestuario de las chicas mientras presentaba su inscripción para los Juegos Panamericanos de 2027, que están programados para comenzar el 11 de julio de 2027. El incidente, que rápidamente atrajo la atención, ha reavivado los debates sobre la participación de atletas transgénero en deportes femeninos y la equidad de tal inclusión.
Thomas, quien hizo la transición de hombre a mujer durante sus años universitarios, ha estado en el centro de una discusión más amplia sobre la participación de atletas transgénero en competiciones específicas de género. Sus actuaciones anteriores en la Universidad de Pensilvania, donde nadó para el equipo femenino, suscitaron tanto elogios como controversia. Sus partidarios la alabaron como una pionera de los derechos transgénero, mientras que los críticos argumentaron que su pasado como nadador masculino le daba una ventaja injusta sobre las mujeres cisgénero, a pesar de haber pasado por terapia de reemplazo hormonal (TRH).
La última controversia comenzó cuando Thomas llegó a la inscripción de los Juegos Panamericanos para presentar su formulario de solicitud para competir en los próximos Juegos. Al acercarse al vestuario de las atletas femeninas para completar la documentación necesaria, los organizadores del evento le informaron que no estaba autorizada a usar las instalaciones para mujeres. A pesar de haber completado su proceso de inscripción, se le comunicó que su presencia en el espacio de las atletas femeninas no estaba permitida, una orden que parecía estar arraigada en su condición de mujer transgénero.
En un momento, Thomas supuestamente confrontó a un miembro del personal, preguntando: “William, ¿crees que estamos enojadas?” Se produjo un breve intercambio, y el incidente fue grabado en video, el cual rápidamente se difundió por las plataformas de redes sociales. La controversia reavivó el debate sobre si las mujeres transgénero deberían ser autorizadas a competir en deportes femeninos y acceder a espacios como vestuarios designados para atletas femeninas.
Para Thomas, este fue otro capítulo en su ya compleja carrera. Desde sus días de natación colegial, ha sido objeto de un intenso escrutinio público. Por un lado, muchos han argumentado que debería ser permitida a competir como mujer, viendo su inclusión como una victoria para los derechos y la igualdad transgénero. Por otro lado, un grupo vocal de críticos sostiene que las mujeres transgénero, especialmente aquellas que previamente compitieron en deportes masculinos, pueden tener ventajas físicas inherentes que hacen que el terreno de juego sea desigual.
El incidente en los Juegos Panamericanos llega en un momento en que el debate sobre los atletas transgénero en deportes competitivos está en un punto álgido. La creciente aceptación de atletas transgénero en deportes convencionales ha encontrado resistencia, particularmente en competiciones femeninas. Los críticos argumentan que, a pesar de los requisitos de la terapia hormonal, las mujeres transgénero como Thomas pueden retener atributos físicos—como la masa muscular, el tamaño y la fuerza cardiovascular—adquiridos durante años de pubertad masculina, lo que creen podría proporcionar una ventaja injusta en eventos de alto rendimiento.
Para los defensores de los derechos transgénero, la expulsión de Thomas del vestuario fue una clara forma de discriminación. Muchos creen que las mujeres transgénero, como cualquier otro atleta, deberían tener permiso para competir en deportes que se alineen con su identidad de género. Argumentan que la inclusión es una cuestión de derechos humanos y que el trato a Thomas subraya las dificultades que enfrentan las personas transgénero en la sociedad convencional.
“Este es un caso de discriminación flagrante,” dijo un defensor. “Lia Thomas, como cualquier otro atleta, merece ser tratada con respeto y dignidad. El mensaje enviado por este incidente es que los atletas transgénero no son bienvenidos en los espacios de mujeres, incluso cuando siguen todas las reglas y procedimientos.”
Por otro lado, muchos que se oponen a los atletas transgénero en competiciones femeninas argumentan que la decisión de excluir a Thomas del vestuario era necesaria para asegurar la equidad en los deportes femeninos. Sostienen que las atletas femeninas, que a menudo compiten en categorías con requisitos físicos estrictos, están en desventaja cuando se permite competir a las mujeres transgénero—que pueden haber retenido ciertas ventajas fisiológicas de la pubertad masculina. En su opinión, permitir que las mujeres transgénero compitan con mujeres cisgénero crea un terreno de juego desigual, lo que podría socavar la integridad de la competición.
Los próximos Juegos Panamericanos de 2027, que comenzarán el 11 de julio de 2027, se espera que sean un evento clave en este debate en curso. Como una de las competiciones multi-deporte más grandes del hemisferio occidental, los Juegos Panamericanos reunirán a atletas de toda América para competir en una variedad de disciplinas, incluyendo natación, atletismo y deportes. A medida que se acercan los Juegos, la cuestión de si los atletas transgénero deben ser autorizados a competir en categorías femeninas seguirá dominando las conversaciones sobre la equidad, la inclusividad y la equidad en el deporte.
La controversia sobre la exclusión de Lia Thomas del vestuario subraya la complejidad de este tema. Por un lado, su caso resalta los desafíos que enfrentan los atletas transgénero que navegan en un mundo que aún lidia con preguntas sobre la identidad de género y la igualdad. Por otro lado, plantea preguntas críticas sobre cómo asegurar que los deportes femeninos sigan siendo justos y competitivos para todos los atletas, independientemente de su identidad de género.
A medida que se acercan los Juegos Panamericanos de 2027, es probable que este asunto se vuelva aún más pronunciado. Las organizaciones deportivas, incluyendo la Organización Deportiva Panamericana (PASO), deberán considerar cuidadosamente cómo equilibrar los derechos de los atletas transgénero con la necesidad de proteger la equidad en los deportes femeninos. Cómo manejen este asunto en evolución los Juegos Panamericanos y otras competiciones internacionales tendrá implicaciones duraderas para el futuro de la atletismo competitivo.
Por ahora, la experiencia de Lia Thomas en los Juegos Panamericanos sirve como recordatorio de que la conversación sobre los atletas transgénero está lejos de haber terminado. Con los Juegos de 2027 en el horizonte, es probable que ambos lados de este debate continúen presionando por políticas que reflejen sus creencias, haciendo que el camino por delante sea incierto pero crucial para el futuro de los deportes y la inclusión.