Según el relato original publicado en el sitio web On Forest, este incidente ocurrió en 2002. A pesar de que algunos medios sociales han publicado publicaciones que sugieren que la madre del leopardo fue asesinada y que una vaca le proporcionó leche y consuelo, esta versión de los hechos es, de hecho, inexacta. Sin embargo, la verdadera historia sigue siendo increíblemente cautivadora.
La narración se desarrolla en el pueblo de Antoli, donde los residentes habían estado informando cada vez más de avistamientos de leopardos. En respuesta, los guardabosques tomaron la decisión de trasladar a algunos de estos leopardos a un bosque cercano.
Es en este punto donde la historia toma un giro intrigante.
Una familia que tenía una vaca y dos toros en la zona notó que un leopardo comenzó a visitar a su vaca.
leopardo y vaca
El leopardo mostró un comportamiento peculiar, no mostrando interés en los dos toros que compartían el mismo espacio. Sus interacciones se caracterizaron por una ausencia total de expresión de miedo por parte del leopardo y una clara expresión de miedo por parte de la vaca.
Estos dos improbables compañeros parecían sentirse completamente cómodos en presencia del otro.
Las visitas del leopardo a la vaca ocurrieron de manera constante del 8 al 22 de octubre, todas las noches, generalmente entre las 9:30 p. m. y las 11:00 p. m. Reanudó sus visitas del 4 al 29 de noviembre. Sin embargo, por razones desconocidas, hubo un choque entre el 30 de noviembre y el 29 de diciembre, aunque el leopardo permaneció en las cercanías.
Las visitas continuaron esporádicamente hasta la primera semana de marzo, después de la cual el leopardo nunca regresó.
guepardo y vaca
Han surgido diversas interpretaciones para explicar este desconcertante comportamiento, y algunos especulan que la leopardo hembra, que puede haber sido capturada antes, era la madre del leopardo visitante.
El propio autor expresó su desconcierto al afirmar: “No podía entender por qué el leopardo se encontraba regularmente con la vaca y se comportaba de una manera que la gente no creía. Me resultó más sorprendente que por qué una vaca aceptaba a su progenitora y la amaba como amaba a sus crías”. De hecho, para muchos observadores, parecía como si la vaca tratara al leopardo como si fuera su propia cría, llegando incluso a lamerle la cabeza y el cuello.
Aunque tal vez nunca podamos determinar definitivamente la verdad detrás de esta interacción extraordinaria, es innegablemente claro que el comportamiento exhibido tanto por la vaca como por el leopardo fue peculiar y notable.