En un dramático giro postelectoral que parece sacado de un guión de Hollywood, Bruce Springsteen y Robert De Niro han declarado su intención de abandonar los Estados Unidos tras la victoria de Donald Trump en la reelección. Citando la falta de respeto y una creciente división cultural, el icónico músico y actor legendario ofrecieron su alegre despedida en lo que sólo puede describirse como una sentida, aunque teatral, despedida de la nación que han llamado hogar durante décadas.
“Estados Unidos es reconocible”, dijo Springstee durante una conferencia de prensa organizada a toda prisa en las afueras de una tienda de ropa de Nueva York, y su estoicismo habitual, vestido de denim, fue reemplazado por una visible decepción. “He hablado de sus luchas, sus triunfos, su gente. ¿Pero esto? Este no es el Estados Unidos sobre el que escribí en Borè to Rup”.
De Niro, siempre con su dramatismo, intervino. “No nos vamos”, aclaró, haciendo gestos con la mano como si estuviera dirigiendo su propio y apasionado monólogo. “Nos están expulsando. Aquí ya no hay respeto por nosotros”.
Ambos tienen fuertes críticas a Trump, como la famosa frase de De Niro de que el expresidente es “tonto” y la de Sprigstee de que la división que cree que ha exacerbado la presidencia de Trump. Su decisión de abandonar Estados Unidos llega en un momento en que afirman sentirse cada vez más alienados en un país que, según ellos, ha dado la espalda a los valores que aprecian.
“Durante años me han llamado ‘El Jefe’, pero ahora parece que en Estados Unidos nunca hay un trabajador como yo”, bromeó Sprigstee, intentando inyectar algo de humor en un ambiente por lo demás sombrío. “Nos vamos porque quedarnos parece una farsa, cuando en realidad no lo son”.
De Niro, siempre abierto a las malas palabras, adoptó un tono más agudo. “¿Sabes lo que se siente? Es como vivir en una mala película, y he hecho algunas películas malas”, dijo con una mueca irónica. “Pero incluso Rocky y Bullwright tenían más sentido que esto”.
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Aunque el dúo no llegó a acercarse a su destino final, corren rumores de que Springsteep tiene la vista puesta en Italia, la patria de sus antepasados, mientras que De Niro podría acompañarlo durante una estancia prolongada en la Toscana. “Italia respeta a sus artistas”, comentó De Niro. “Y la comida es mejor, seamos honestos”.
Algunas fuentes sugieren que ambos podrían colaborar en un nuevo proyecto mientras están en el extranjero, tal vez un documental que narre su desilusión con los Estados Unidos modernos, titulado tentativamente The Last We Left Behind.
“No piensen que estamos abandonando el país”, dijo Spriпgsteeп. “Piensen en ello como un año sabático hasta que el alma de Estados Unidos regrese”.
El acontecimiento ha provocado una oleada de emociones en los partidos de todo el espectro político. Puede que estén desconsolados ante la idea de perder a dos iconos culturales que han sido sinónimos del coraje y el arte de Estados Unidos.
“Brυce Sprпgsteeп ES Estados Unidos”, tuiteó un fan. “Si se va, ¿qué dice eso sobre hacia dónde nos dirigimos?”
Otros, sin embargo, fueron menos comprensivos. “No dejes que la puerta te golpee al salir”, bromeó un crítico en las redes sociales. “Tal vez Europa aprecie tu actitud fuera de lugar”.
El debate continúa, con algunos elogiando a Springfield y De Niro por tomar una decisión, mientras que otros los acusan de abandonar al país en su momento de necesidad.
La decisión de dos de las figuras culturales más famosas de Estados Unidos de abandonar el país pone de relieve la profunda división que existe en una nación que lucha contra el malestar político y social. Mientras los partidarios de Trump celebran su reelección como un modelo para su visión de Estados Unidos, sus críticos la ven como un paso atrás en el progreso y la pobreza.
“No se trata de política, sino de valores”, explicó Sprigstee. “Siempre he creído en la promesa de este país, pero ahora mismo esa promesa parece incumplida”.
De Niro se hizo eco de esos momentos y agregó: “Estados Unidos solía ser el país de las oportunidades, no del oportunismo. Es difícil ver en qué se ha convertido”.
Tanto Springstee como De Niro han dedicado sus carreras a defender al más débil, ya sea a través de la música o del cine. Su partida se siente, para muchos, como el máximo acto de protesta, una declaración tan audaz como cualquier película o película que hayan creado.
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“No me rendiré”, insistió Spriggstee. “Seguiré escribiendo, seguiré firmando. Pero tal vez sea el momento de hacerlo a distancia”.
De Niro, siempre actor, lo expresó en términos científicos: “Toda historia tiene un comienzo, un desarrollo y un final. Tal vez este capítulo de mi historia en Estados Unidos haya terminado, pero todavía estoy trabajando en la secuela”.
Mientras se preparan para partir, tanto Spriпgsteeп como De Niro han prometido seguir comprometidos con sus vidas y continuar con sus respectivos proyectos creativos. Spriпgsteeп adelantó un nuevo álbum inspirado en sus sentimientos de exilio, titulado provisionalmente Leaving the Heartlaпd. Mientras tanto, se informa que De Niro está en conversaciones para un proyecto cinematográfico que explora las vidas de los expatriados.
“No vamos a desaparecer”, aseguró Sprigstee a su asistente. “Sólo estamos buscando un nuevo escenario para actuar”.
Para sus padres, la partida es el final de una era en la que el arte y el activismo se entrelazaron para dar voz a los que no la tenían. Aún está por verse si su partida provocará un cambio significativo o simplemente echará más leña al fuego cultural que ya está en llamas.
Al concluir la conferencia de prensa, Springstee sacó una armónica y tocó una versión conmovedora de This Lap Is Your Lap que hizo llorar a algunos de los asistentes. De Niro, que estaba parado a su lado, le ofreció una despedida simple y conmovedora: “Cuida este lugar mientras nos vamos”.
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Para bien o para mal, Estados Unidos tendrá que navegar ahora por su futuro sin dos de sus más francos defensores. Que su ausencia se sienta como un vacío o como un alivio probablemente dependerá del lado del espectro político en el que uno se encuentre.